Ya han pasado unos días y podemos hacer una valoración de la fiesta que vivimos el sábado conmemorando el 29 de septiembre de 1986, día en el que Campo volvió a nacer.
En líneas generales estamos muy contentos con el resultado de todo el día en conjunto, aunque también hacemos autocrítica en algunos aspectos que podrían haber estado mejor. Únicamente resaltar que la mayoría estuvieron causados por imprevistos fuera de nuestro control y solamente pudimos intentar que afectaran en la menor medida posible a vuestro disfrute.
Considerábamos que era una fecha muy importante para la Asociación y para Campo y su gente y por ello intentamos programar un día lo más completo posible contentando a todas las edades y vecinos. Todo esto sin dejar a un lado el espíritu y sentimiento de la celebración, así como el recuerdo a los que ya no nos acompañan o la muestra de gratitud a los que ayudaron a Campo incondicionalmente. Por todo ello, por parte del Ayuntamiento y la Asociación se ha hecho un esfuerzo económico resaltable, para este día considerábamos que todo era bien gastado dentro de un límite.
Estamos orgullosos por vuestra respuesta y participación, nuestras perspectivas eran mucho menores y esto hizo que la última semana tuviésemos un trabajo extra para poder acoger a todo aquel que deseaba unirse a la celebración. Trabajo que, a pesar de la presión del tiempo, desempeñamos encantados por ser causado por una respuesta TOTAL al día que habíamos organizado y programado.
No dejan de llegarnos felicitaciones lo que nos hace estar orgullosos de nuestro propósito e iniciativa conjunta con el Ayuntamiento. Personalmente tengo que compartir estas felicitaciones con todo el mundo que echó una mano, que no fueron pocos. Considero que una de las mayores frustraciones que puede tener una persona es querer transmitir un sentimiento o una ilusión, querer luchar o trabajar por algo y ver que los que te rodean no la comparten, no eres capaz de contagiarla y no se unen a ella. Esta sensación la hemos tenido en otras ocasiones en las que la Asociación ha organizado alguna actividad, trabajando duro por ella y ver que la gente no participa siendo necesaria únicamente su presencia. En todo lo relacionado con la celebración del sábado ocurrió todo lo contrario.
Hubo una participación pasiva total mostrada en la compra de tickets de la comida y la acompañó una participación activa inmensa en todos los que os ofrecisteis para ayudar en lo que hiciese falta. Es una gozada ver que la gente que te rodea entiende y comparte tus mismos fines, sentimientos u objetivos. A algunos no hace falta ni nombrárselo y a otros ver que les sugieres o pides algo y sin preguntar nada lo acatan, muchas veces a pesar de ser contrario a su opinión, sea porque comparten tus deseos o por la simple solidaridad con tu persona porque tú los compartes. Sentir y ver eso es algo que hace crecer las ganas y la ilusión de seguir trabajando por y para Campo. Nada hubiese sido posible si me hubierais dejado solo, la unión, el trabajar por un fin común compartiendo el sentimiento de que sea realizado es lo que hace posible cualquier proyecto, celebración o trabajo. El ejemplo se vuelve a repetir, aunque en menor escala, 25 años después.
Por ello cada felicitación va compartida con todos aquellos que pusieron su granito de arena, unos más grandes y otros más pequeños pero todos importantes. Me veo en la obligación de destacar a José Miguel que ha estado a mi lado y el más cercano desde el principio, a Santiago y José Luis en el libro, a José Luis de nuevo por todos los quebraderos de cabeza que tuvimos con la carpa y distribución de las mesas, a todos los miembros de la junta de la Asociación, a Eusebio que mientras le comunicaba todas mis gestiones mostraba plena confianza, ni una sola duda en ellas y las aprobaba, a Javi y Joaquín por su apoyo en los días más próximos y el sábado, por la magnífica idea de distribuir a la gente en las mesas y por tener el valor y la paciencia para hacerlo, a todos los empleados del ayuntamiento por su buena disposición, a María, Alberto y Sergio por la importancia de su apoyo moral en mi persona y por ultimo a mis padres, mi tía e incluso todo el equipo humano del Cotiella al que en los días previos he abandonado laboralmente y han pagado en algunos momentos mis preocupaciones y nervios con mis malas caras o reproches.
Por ultimo también debo agradecer por su atención y difusión a todos los medios informativos y a mi tío Miguel que hizo como si de un profesional se tratase para dejar plasmadas todas las emociones del día en imágenes y sonidos.
Tened por seguro que seguiré trabajando, pidiéndoos ayuda y dándoos trabajo por Campo y para volver a tener la ocasión de repartir felicitaciones.
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